Ramiro: Super Cachorro de la Semana


Macho
1 año

Ramiro es un pequeño muy especial, lo supe desde el primer momento en que lo vi; con su carita de inocencia.

La primera vez que escuche de Ramiro, fue en las redes sociales. Cuando lo vi supe que tenia que venir conmigo pues vivía en un lugar frío. La mamá de Ramiro vivía en un mundo frío, dentro de un taller mecánico, sin poder salir, sin amor, encadenada. Ramiro no podía tener el mismo destino que ella, me dolía tan sólo pensarlo.

Cuando me lo entregaron hubo amor a primera vista, aún cuando el perriatra me regañó por la gran responsabilidad que había adquirido. Ramiro creció hermoso y travieso, tanto que una vez comió medio kilo de mantequilla (entre muchos otros incontables objetos) y se enfermo gravemente.

Ramiro es parte de la familia y el destino me puso a prueba. Contaré mi anécdota…

«Doy todo por mi hijo canino» Con el asesinato de mi jefe y tío político que murió intestado, nos vimos en una situación muy difícil, la noche misma de la tragedia su esposa, mi tía sanguínea, antes de recoger el cuerpo de su esposo entró a mi casa que también era la oficina de la empresa en la que compartíamos gastos por supuesto y vivía feliz con mi hijo, cambió las chapas y robó todas mis cosas TODAS!!! ropa, zapatos, equipo de enfermería, cómputo, fotografía, video, electrodomésticos, mi auto con factura, papeles importantes, calefacción, etc, y encerró tres días sin agua ni alimentos a Ramiro. Di mi palabra que he cumplido y lo seguiré haciendo, no demandaría ni reclamaría nada si me daba a Ramiro, a ella le recogieron 2 perros y los sacrificaron en el antirrábico: Reyna y Bobby Q. E. P. D. Así que no iba a permitir que le hiciera daño.

Me regresó a mi hijo después de éstos tres días deshidratado aunque muy a su pesar porque dijo que no me lo regresaría sólo por hacerme daño. Como le interesaba el dinero y a mi Ramiro llegamos a ese acuerdo. Me lo entregó con su bulto de comida jajaja se robó sus collares, correas y juguetes, creo que para que la saquen a pasear. Pero desde ahí Ramiro más que nunca es mi fuerza y la luz de mi vida, me enseñó que las lágrimas no resuelven la vida sino el trabajo duro y que me necesita tanto como yo a él, me puse a trabajar y me llovieron las propuestas de empleo gracias a Dios así pudimos salir adelante. La vida me multiplicó los bienes materiales y pasé de un chevy 1998 a un seat 2005 en el que Ramiro y yo paseamos de vez en cuando, aunque en realidad no me emociona lo que el dinero puede comprar, cambio todo por una caminata por el campo con mi fiel compañero.

Aún en la ruina económica en la que me vi un tiempo jamás me sentí en la miseria, aprendí que la pobreza está en la cartera y la miseria en actos miserables, ruines y asquerosos.

Enviado por: JL