Macho
1 año 5 meses
Raza Única

¡Hola, soy Mateo! Tengo un año con poquitos meses. Antes de llegar a mi casa actual, viví un tiempo con la familia que me rescató a mí y a mis hermanitas de la basura. No entiendo bien las razones de por qué acabamos ahí, pero lo que sí recuerdo es que el día que me sacaron de esa bolsa me sentí más vivo que nunca. Mis tres hermanas y yo sentimos una alegría inmensa cuando nos dieron cobijo, agua, leche y comida. Estábamos muy enfermos de la panza, pero nuestros rescatistas hicieron hasta lo imposible por cuidarnos y mejorar nuestra salud. Desafortunadamente el corazón de una de mis hermanitas no aguantó. Era la más bonita de todos, la llamaron Copito, espero que me cuide desde el cielo perruno. Una vez que ya nos sentíamos bien y nuestra salud mejoró, decidieron darnos en adopción, pues éramos muchos perros en una casita tan pequeña y no nos podíamos quedar ahí.

Gracias a las redes sociales, mi familia me encontró. Desde entonces supe posar para la cámara y hacer ojitos. Las dos familias se arreglaron y llegué a mi hogar en Diciembre del 2011, aún era una bolita de pelo chiquita y regordeta. ¡Cómo me consintieron a mi llegada! Mi cama era -crecí mucho y ahora tengo otra- bien calientita y todos los días quería descubrir algo nuevo. Me encantaba correr por todos lados y dormir casi todo el día.

Con mi familia he vivido experiencias muy hermosas como cuando me bañaron por primera vez con agua tibia, me relajé muchísimo y dormí toda la tarde. Me gusta mucho jugar, aunque a veces no mido mi fuerza y empujo a todos. Tengo tres pelotas con las que juego todos los días. Desde pequeño me ha gustado correr sin parar, diario me llevan a correr mientras mi mamá adoptiva anda en bicicleta, apuesto a que soy más rápido que la bici. Siempre llegamos cansados y debo tomar una siesta para recuperar energías.

Me gusta hacer de todo; jugar, comer, aprender trucos cada día, CORRER, tomar el sol, despertar a la gente. Pero hay algo que me gusta más que todas las cosas: abrazar a mi familia y estar con ellos. También me gusta cuando me duermo con mi mamá, porque me abraza y me hace piojito en el pecho. Y, aunque muchos se sorprendan, me gusta comer frutas y verduras. Amo a mi familia y sé que ellos me aman también.

Historia por: Michelle Montgomery