Macho
2 años
Beagel

Mi Super Cachorro se llama Luka, es un beagle color limón que nació el 21 de enero de 2010 y desde entonces es parte de nuestra familia. Tuvo 6 hermosos hermanos tricolor, pero él fue el único que no se separó de su mamá y hemos observado que eso lo ha hecho diferente de los demás.

A pesar de ser un sabueso, muestra mucha serenidad ante situaciones que a sus papás los vuelven locos, como el merodear de un gato o jugar con la pelota. Sin embargo, los intentos de guardar la compostura son en vano cuando no se aguanta más las ganas y se deshace a coletazos cuando nos ve regresar a casa después del trabajo o simplemente cuando andamos cerca de donde está vigilante, curioso y ladeando su cabecita para poder entendernos.

Es un perrito muy listo y atento, se autoproclamó el vigilante de casa, siempre está al pendiente del portón del patio y cada vez que sales a la calle te acompaña a la entrada y espera a que regreses para recibirte, siempre, muy emocionado. También, en lugar de tirarse cómodamente en el piso, trae consigo una cobija para acostarse donde considera es un buen lugar para disfrutar la tarde. Una vez, en lugar de una cobija, se robó una camisa (ni idea de cómo hizo) y al tratar de acomodarse para descansar quedó atrapado en una de las mangas, después, sin éxito para escapar, decidió esperar a que nosotros lo ayudáramos a salir: se sentó frente a la casa sin hacer un sólo ruido tratando de decidir si delatarse por el robo o fingir demencia y cómodidad dentro de la camisa.

Prácticamente todos los días, durante los primeros 30 minutos en que duerme, sueña cosas tan locas que ladra y a veces hasta llora. ¡Eso nos conmueve tanto! Suponemos que sueña con el gatito que los visita en el tejado de la casa.

Con su mamá tiene un vínculo muy especial, siempre se acuestan juntos y cada vez que pueden están a los besos y se acicalan las orejas con mucho cariño. A mi también me besa a lengüetazos la nariz. Los tres, Luka y sus papás, Maki y Roy, son una fuente inagotable de cariño, agradecimiento y sonrisas.

Historia narrada por: Dainiz Hernández