Hembra
4 años aprox.
Pastor Belga

Danna, mi fiel compañera, fue la última Super Cachorra de una camada de 7. Ella llegó con mala fortuna pues su madre no la quiso amamantar. Viendo esto, nosotros la alimentamos con mamila y finalmente la rescatamos del infortunio.

Pero la vida le tenía otras bromas esperando. Al año, la llevamos a esterilizar y salió muy bien de la operación. A los tres días empezó a estar inapetente y con vómito amarillo, todo cuanto le dábamos lo devolvía, agua para mantenerla hidratada y hasta suero con un poco de comida especial para perros convalecientes. Fuimos con el veterinario nuevamente, y le platicamos los síntomas, el doctor dijo que sólo con un estudio podíamos saber que es lo que ocurría… así pues, le hicieron un ultrasonido y descubriendo que el intestino se le había volteado como un calcetín, debido a una obstrucción.

Danna entro de nuevo a quirófano pues no había tiempo que perder. Los pronósticos no eran buenos, pues estaba tan débil y era tan reciente la intervención quirúrgica anterior que había riesgo de perderla. Afortunadamente se volvió a aferrar a la vida, sin duda es mucho el amor que nos prodigaba y no quería dejarnos con las lágrimas en el alma ni con el hueco de perderla. Danna luchó y después de extirparle 20 centímetros de intestino volvió a la vida. No hubo nada más hermoso que verla comer con ganas y amorosamente echarse a nuestro lado cada día.

Sin embargo, el destino quería hacer su ultima jugada, el día 5 de noviembre, del año 2009 (a unos meses de su recuperación), a mi amada novia, quien acostumbraba a hacer ejercicio en un lugar abierto, se le hizo fácil quitarle la correa pues era costumbre dejarle libre por unos minutos y siempre con la mirada vigilante. Ella no se percató de que había un sexteto de caballos sueltos, de esos que acostumbran los dueños a dejar libres. Sólo por un instante perdió de vista a Danna, se dió cuenta cuando escucho los ladridos… como buena pastora, se lanzó a pastorear a los equinos, alejándose cada vez mas con el galope de los jamelgos. Mi novia desesperada le gritó, le lanzó piedras para tratar de llamar su atención, le maldijo como cuando la situación se sale de control y sóolo la impotencia hace que fluya el léxico no apropiado, dándose cuenta del verdadero peligro de perderla.

Mi novia tomó el teléfono y se comunicó conmigo, comentándome lo acontecido. Inconsolable y desesperada me preguntaba qué hacer… eran momentos de decisiones, de acciones y reacciones… y sabiendo que Danna al ver que podía mover a esos majestuosos animales estaba atendiendo el llamado de su instinto, de su naturaleza, de su razón de existir, y en ese estado hipnótico, embelezada no respondería a los llamados de quien tanto le ama.

Le dije a mi novia que inmediatamente fuera por mi, yo iría en búsqueda de Danna. Pensé, al estar haciendo la mochila con provisiones y agua suficiente para una larga búsqueda, que no podía perderla, que no estaba dispuesto a dejarla a capricho de el destino, si fuera necesario me quedaría toda la noche hasta encontrarla.

Llegó mi novia por mi, y fui hasta el sitio que aproximadamente está a unos 20 minutos de donde vivimos, con la seguridad, la determinación y la consigna de traer a mi amor de 4 patas, así como se buscaría un hijo… no podía concebir perderla, no, no no!!!, no podía aceptar levantarme cada mañana sin su amor y sus lengüetazos que me anunciaban el comienzo de un nuevo amanecer. El despertador mas eficaz jamás visto, y las ganas de compartir el café y el desayuno a mi lado….

Así pues llegamos hasta el lugar y comencé mi busqueda, caminaba y silbaba, de cuando en cuando agarraba una piedra y la impregnaba con mi sudor, para que ella distinguiera el camino, la ruta a la salvación, y supiera que le buscaba y que yo estaba ahí para rescatarla.

Fueron muchos kilómetros, muchas horas, muchos gritos y una angustia de recuerdos… Sentía que no podía respirar, pues un nudo en la garganta me asfixiaba, me fatigaba pero la necesidad y el amor de encontrar a mi Danna era más poderoso, e imparable pasaba por los poblados aledaños y preguntaba a los habitantes del sitio por mi perro – ¿alguna señal alguien que le haya visto?-, afortunadamente algunos me decían que si habían visto a mi perra, pues les enseñaba las fotos que siempre guardo en mi celular y que capturo para hacer eterno el instante, unos me decían «estaba bonita» y «ojalá la encuentre» pues muchas personas no tienen el corazón de devolver a los perros.

Así fueron 6 horas de martirio, regresé a la entrada de la zona ecológica donde todo comenzó, pensando que había regresado hacia donde se estacionaba el carro de mi novia, pues el olfato de los perros es legendario.

Desesperado y desconsolado volví a la búsqueda, sólo basto una mirada a lo lejos, casi imperceptible por el follaje de los pirules y la maleza, para distinguir una cara conocida, una cara de ángel y entonces mi corazón se sobresaltó y sintió que era ella, estaba esperando en una rampa conocida como el calvario (vaya que lo fue para mi) y de inmediato corrí gritándole y silbándole. Danna a la distancia no me distinguía, pero si me escuchaba, me acerque y ella me rehuyó pues había sido atacada por otros perros… al revisarla ya cuando la tenía en mis brazos, tenía huellas de mordidas y sangre en sus patas. Me arrodillé y le grité por su nombre y fue entonces, el encuentro….Fue maravilloso, las lágrimas no las pude contener en verdad empecé a llorar como un niño, le abracé y ella lamía mis lagrimas, me tiré al suelo y ella se subió en mi y me lamía con mucha gratitud, con AMOR REAL…

Le dije, le prometí, le juré… que jamás la dejaría partir de nuevo, jamás… que la amaba y que sin ella sería una vida que no quería tener, le enganche nuevamente su collar con la correa y tome el teléfono celular para llamar a mi novia que me había dejado pues ella tenia que entrar a trabajar, le dije con euforia….YA LA TENGO, YA LA TENGO!! ESTA CONMIGO!! ESTA BIEN!!

LOS PERROS SON HIJOS, SON COMO ANGELES, SON NUESTROS HEROES. ELLOS SON NUESTROS COMPAÑEROS DE TIEMPO Y DE VIDA, VACÚNALOS Y AMALOS, PUES DESPUES DE TODO NO ENCONTRARAS QUIEN TE AME COMO ELLOS LO SABEN HACER.

Historia narrada por: Arturo Olvera, de San Luis Potosí