Xena y Jonny ¿Quién salvó a quién?

Xena, una cachorrita maltratada, y Jonny, un pequeño de 8 años afectado de autismo, están viviendo una preciosa historia de amor y amistad que conmueve al mundo.

Todo empezó el pasado septiembre (2012)…

Cuando una cachorra cruce de Pit Bull y Stafordshire de unos 4 meses de edad apareció moribunda en el arcén de una carretera en Georgia. La encargada del equipo de rescate que la recogió declaró no haber visto en sus 12 años de experiencia un caso tan terrible. La pequeña estaba totalmente famélica, deshidratada y con el hocico lleno de heridas, probablemente por haber empleado sus últimas fuerzas en tratar de escapar de sus torturadores.

Sólo pesaba 2,73 kg cuando la encontraron y la voluntaria que la rescató no tenía esperanzas de que superara la primera noche, pero aquella miniatura famélica no estaba dispuesta a rendirse, el destino tenía grandes planes para ella.

La cachorra luchadora salió adelante gracias a los cuidados de la Asociación Friends of Dekalb Animals y su rápida y asombrosa recuperación le valió el nombre de Xena, la cachorra guerrera.

Con el fin de dar a conocer su dura historia y de buscar una familia para ella y otros animales abandonados, los cuidadores que la atendían crearon enseguida su propia página de Facebook(https://www.facebook.com/pages/Xena-the-Warrior-Puppy/273998769379101), sin llegar a imaginar que la carita de Xena daría la vuelta al mundo y se convertiría en fuente de amor e inspiración para miles de personas.

Linda, que ya tenía otros dos perros adoptados, conoció el caso a través de la red y decidió llevar a su hijo a un evento organizado por la asociación, en el que la cachorrita guerrera estaría presente. Aquel 11 de febrero, ya totalmente recuperada, moviendo la cola sin parar y ataviada con un gracioso jersey, Xena era la absoluta protagonista del acto. Cuando Jonny y su familia se acercaron, surgió la magia: Xena se lanzó a saludarles como si supiera que ella era la pieza que faltaba para convertir aquella manada en algo absolutamente perfecto.

Los 8 años anteriores a conocer a Xena no fueron fáciles para Jonny. Apenas se comunicaba, no se relacionaba bien y pasaba la mayor parte del tiempo solo. Aunque era capaz de hablar y de leer, las situaciones sociales le provocaban malestar y prefería estar inmerso en sus propios pensamientos, o realizando alguna actividad, habitualmente en silencio.

Pero la conexión con Xena le ha dado una confianza en sí mismo que su familia califica de milagrosa. «Ahora no calla» – declaraba Linda a la revista Today, «nunca lo había visto tan feliz en sus 8 años de vida».

Muchas familias afectadas y profesionales que trabajan día a día con esta enfermedad saben que la relación con animales tiene efectos terapéuticos. Diversos estudios han revelado que los niños con autismo se muestran más receptivos a hablar, reír, establecer contacto visual y realizar otras conductas positivas en presencia de animales, como conejos, perros o cobayas. En el caso de Xena y Jonny los efectos curativos son mutuos y se multiplican a través de la red, llegando directamente al corazón de todos los que conocemos su historia.

Cuando Linda Hickey empezó a colgar fotos y vídeos de su hijo junto a la ya famosa Xena en la página que la perrita tenía en Facebook, no mencionó a los miles de seguidores que Jonny era autista. Se enamoraron de él sin juzgarle -recuerda- y siguieron queriéndole igual cuando se enteraron. Eso me emocionó mucho.

Ahora, sólo unos meses después de su primer encuentro, Jonny y Xena son un fenómeno en la red y se han convertido en los mejores embajadores de las causas del autismo y de la protección animal.

El pequeño lo explica muy bien en este conmovedor vídeo:

«Mi nombre es Jonny y esta es mi perrita, Xena. Bien, a mi Xena le hizo mucho daño gente no muy buena. Y yo tengo autismo. Por eso creo que hacemos un equipo perfecto para hacer correr la voz de que sean amables con los animales y con los niños como yo».


Fuente: VivaLeBio