Screen Shot 2016 06 02 At 5.44.59 PM

Estimulación mental: el secreto del equilibrio emocional

Todos hemos escuchado que los perros necesitan paseos diarios, alimentación y cuidados veterinarios. Pero ¿quién nos habla de sus necesidades mentales?

No siempre nos parece evidente que los perros puedan pensar y mucho menos conocemos la forma adecuada de enseñarles cosas nuevas. Sin embargo, se ha comprobado que los perros piensan y razonan mucho más de lo que creemos, de hecho, un perro al que no se le ha permitido tomar sus propias decisiones y que no estimula su mente más probablemente desarrollará problemas de conducta que uno que ha aprendido a resolver problemas y a tomar decisiones.

¿A qué nos referimos con tomar decisiones? Por ejemplo: durante el paseo trazamos una ruta fija por la que el perro puede ir olfateando los arbustos del camino y de pronto percibe un aroma que llama su atención, ¿le permitimos cruzar la calle para averiguar qué es lo que desprende ese olor? NO, casi nunca les permitimos tomar decisiones.

Cuando tu perro está mordiendo una pantufla y tú sólo lo regañas sin darle algo más qué morder estás perdiendo dos oportunidades: la de permitirle desarrollar su actividad mental y la de enseñarle qué es apropiado que muerda y qué no. Intercambiar un objeto que no debe morder por uno que sí está permitido que muerda es el camino adecuado para enseñarle a tomar la decisión de morder sólo los objetos que tiene permitidos. Mordizquear cosas es una de las formas que tienen los perros para liberar ansiedad, estimular su mente y entretenerse en las horas dentro de casa.

Cuando decimos que un perro debe aprender a resolver problemas nos referimos a esa estimulación mental que se desarrolla de manera natural en todas las especies que viven en libertad. Por ejemplo, aprender a sacar un bolillo de una bolsa de basura es una conducta de sobrevivencia que implica una actividad mental. Los perros que no tienen que conseguir la comida para sobrevivir no desarrollan esa capacidad a menos que les pongamos retos. Al tener actividad mental, tu perro liberará estrés y se cansará como si hubiera corrido por un bosque.

La estimulación mental tiene un beneficio extra: favorece el vínculo afectivo y provee al perro de estabilidad emocional. Es aquí donde entra el tema de los problemas de conducta: el ejercicio mental es tan importante como el ejercicio físico; debemos estimular su mente, proveerlo de pequeños retos y al solucionar obtendrá satisfacción y por lo tanto autoconfianza y seguridad. Hacer pensar a nuestro perro es la mejor herramienta para lograr su equilibrio y debemos hacerlo de manera paulatina y gradual, es decir, enfrentarlo a problemas que pueda resolver en poco tiempo para ir aumentando la dificultad conforme va aprendiendo a resolverlos. Estos retos pueden ser juguetes interactivos, en los que tiene que buscar la forma de hacer salir un premio para poder comerlo; la educación (enseñarle órdenes básicas que resulten útiles en el día a día) o enseñarlo a buscar objetos por medio de su olfato. Primero ayúdale a resolver problemas sencillos, como esconder premiso encima del sofá o en las esquinas de una habitación y poco a poco ve complicando la solución, por ejemplo, escondiendo los premiso debajo del sofá.

Mientras más estímulo mental tenga el Super Cachorro, será más tranquilo y estable, su autoconfianza le ayudará a enfrentar más situaciones, como estar rodeado de otros perros sin tener que reaccionar. Muchas de las técnicas de corrección de conducta implican un incremento en la actividad mental y muchas conductas pudieron evitarse si el perro hubiera sido estimulado a temprana edad.

En conclusión, los cuidados básicos de un Super Cachorro no sólo son alimentación, salud y paseo, debemos considerar al menos 30 minutos de estimulación mental, que además será una excelente alternativa de convivencia para estrechar el vínculo afectivo entre humanos y perros.

Una forma de estimular su mente la puedes encontrar en el artículo Comida entretenida y aquí.