La relación entre Bubbles y Bella se dio gracias a que ambos aman estar en el agua. La inspiración de su gran vínculo comenzó cuando los dos se encontraban nadando y jugando.

En 1983, Bubbles fue rescatado y adoptado como «huérfano de marfil» por el Myrtle Beach Safari, un centro dedicado a procurar especies en peligro de extinción y rescatar animales de las terribles garras del mercado negro.

Bubbles creció y desarrolló una pasión por nadar y estar dentro del agua, incluso le contruyeron una piscina gigante sólo para él.

En el 2007, Bella fue abandonada en la reserva por el mismo que construyó la piscina para Bubbles. Y fue en el agua que ambos se encontraron, donde la chispa nació y dio comienzo a su profunda, única y duradera amistad. Ahora son casi inseparables.

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Esta bonita historia nos recuerda a Bella y Tarra, recuérdala AQUÍ :)