Un Festejo Especial

Un Festejo Especial

«Y comienza el dí­a con movimientos de cola y una expresión inigualable que me dice «buenos dí­as! ya levantate y vamos a vivir». Cinco minutos más serí­an demasiada espera para tanta alegrí­a. Y decido levantarme recibir un lengüetazo y disfrutar su entusiasmo mientras me arreglo para salir a jugar.

Este Super Cachorro es parte de mi vida y de mi hogar y depende 100% de mi, de la rutina que yo decida, de mi tiempo, de mi espacio. ¿Es justo imponer la flojera de salir o el exceso de trabajo? Por supuesto que no. No es justo para ninguno de los dos, así­ que a organizarse qué todo se puede.

La gente me pregunta ¿cómo le haces para qué se porte tan bien? … la respuesta es muy simple: le dedico tiempo. No el tiempo que me sobra, sino el que él necesita. Para mi, no importa si se trata de Navidad o mi cumpleaños, por que con mi Super Cachorro todos los dí­as son un festejo especial. Un festejo que él organiza y al cual me invita, porque tiene la increíble sensibilidad de valorar cada detalle de la vida: el sol, la lluvia, la mañana, los olores, la amistad, y la increíble sencillez de sonreír y emocionarse por cualquier motivo.

Sus travesuras, son pintura de color sobre el dibjuo a carbón de mi cada dí­a. Sí que lo hace cuando está aburrido… tiene tantas ganas de jugar conmigo que no le importa si ha de recibir un regaño mientras reciba un poco de mi atención. Es genial, me entrena y hasta que lo logra es que me doy cuenta; como cuando se roba el trapo de la cocina, simplemente para ver cómo me levanto de la silla para decirle que me lo dé… y me lo entrega. Y cuando me enfermo, se mantiene al pendiente de mi estado de salud echándose al pie de la cama, levantándose de vez en cuando para recargar su cabeza sobre mis piernas y preguntarme con su mirada cómo me siento.

Es mi mejor amigo. Ahora que es temporada de amores y navidades, decidó hacer un festejo realmente especial para mi Super Cachorro. Para empezar, he planeado dedicarle un dí­a entero, así­ que iremos de excursión a un lugar donde hay campo abierto y un pequeño lago para chapotear. Pensé en hacerle un regalo especial y así empezó mi debate… después de reflexionar, recorrer varias tiendas de accesorios y algunas veterinarias, pensé: todo lo que ­ ví puedo regalárselo cualquier otro dí­a del año, en cambio ahora es un momento especial que debo aprovechar.

Así­ comencé una lista de compromisos:

  • A partir de hoy tendremos una rutina nueva, que incluye 2 paseos al dí­a para los dos, a veces durarón más y otras menos, pero siempre saldremos a respirar y compartir un buen rato.
  • Haré mis cuentas y compraré para ti el mejor alimento que me alcance. Buscaré que sea adecuado para tu etapa de desarrollo y tu nivel de actividad.
  • Te llevaré a la clínica para practicarte unos análisis de sangre, heces y orina. Yo se que el organismo de un perro envejece con mayor velocidad y quiero asegurarme que todo esté en orden con tu salud.
  • Leeré toda la Perroteca y seguiré todos los consejos.
  • Asistiremos juntos a un curso canino que sea divertido para ambos. Me aseguraré que sea un método de entrenamiento positivo y que no incluya jalones de correa. Podrá ser de agilidad, de olfateo, de búsqueda y rescate… en fin, algo que realmente disfrutes.
  • Iremos de excursión por lo menos una vez al mes y haré todo lo posible para que podamos ir juntos a la playa en algún momento del próximo año.
  • Haremos nuevos amigos y procuraré siempre tu socialización y convivencia con personas y otros perros.

Esta lista de compromisos es mi regalo para él. Por supuesto conservaré una copia pegada en el refrigerador y dejaré espacio para anotar ideas en el camino.

Mi Super Cachorro y yo somos una irrepetible oportunidad, tenemos la mejor amistad que cualquiera pueda imaginar. Tan única y tan profunda, que no hacen falta las palabras para entendernos y charlar…

¡Cada día con mi Super Cachorro, es un festejo especial!

Aportación de Sara P.