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Sobre perros que dejaron de morder, cuando las personas empezaron a escucharles

9788490765579Título: Sobre perros que dejaron de morder, cuando las personas empezaron a escucharles
Editorial: Círculo Rojo editorial
Autor: “Santi” Jaime Vidal Guzmán
Páginas: 110
Género: Cultura Canina
Año: 2014
Idioma: ESPAÑOL

 

Santi Vidal nos cuenta su visión sobre la agresividad canina. Escrito desde la experiencia, despierta la empatía del lector y la convicción de que la agresividad puede y debe ser tratada de forma amable

Fragmento

[…] Otras veces los dolores son generados por la práctica de algún deporte, lesiones leves que no hemos percibido, pero que se han producido y que van asociadas al dolor. Los problemas de espalda o cervicales en los perros también son otro del os motivos, viéndose agravado por la necesidad de que vayan atados muchas veces. Un manejo de correa inadecuado, con tirones o tensión, collares directamente asociados a generar dolor o malestar (metálicos, de pinchos o de extrangulamiento) provocan que el paseo sea muchas veces un poco de problemas, creando asociaciones muy negativas con el entorno y acumulando estrés en nuestros perros.

Algunas enfermedades también son causa de agresión, desequilibrios hormonales, problemas de tiroides, tumores, etc.

Es importante que si tenemos un perro con problemas de reactividad o agresividad, vuestro veterinario le haga un examen completo, con radiografías, analítica etc.

Aunque nuestro peludo no dé claras muestras de que algo le duele, los perros muestran y gestionan su dolor de formas muy distintas a como lo hacemos las personas. Algunos no muestran ninguna reacción excesivamente visible, simplemente un jadeo repentino, una forma distinta de moverse, más rápido o más despacio; muchas veces podemos obtener información visual por la forma de sentarse, estirarse o levantarse. Observar cómo camina nuestro perro, viéndole desde atrás, al alejarse, o desde el frente al acercarse, verle lateralmente. Podemos detectar pequeñas cojeras o movimientos anormales al caminar, no necesariamente implica la existencia del problema, pero suele ser un claro indicio que sería el indicio para visitar al veterinario.
Pág. 41.