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¿Puedo darle atún enlatado a mi perro?

El atún es considerado por muchos como un alimento deseable a incluir en la dieta humana, pues aporta nutrientes (proteínas y ácidos grasos omega-3, entre otros) que son difíciles de conseguir en otros alimentos en esas proporciones. La pregunta es ¿puedo darle atún enlatado a mi perro?

Lamentablemente, hoy día el atún podría no resultar una opción tan recomendable si consideramos la contaminación (producida por la actividad humana) que constantemente sufre el entorno donde nace, crece y se desarrolla su especie: el océano.

Entre los contaminantes que podrían afectar al atún que se nos ofrece para nuestro consumo puede encontrarse al mercurio (por lo que asociaciones estadounidenses recomiendan no consumirlo frecuentemente) e incluso se ha visto afectado por radiación proveniente del accidente nuclear en Fukushima de hace unos años (Atún capturado en San Diego, California fue considerado por los científicos que realizaron la investigación como «inequívocamente contaminado»).

La ingesta frecuente de atún podría no resultar tan buena idea, ya que puede llegar a ser tóxica para ti y para tu perro.

¿Toxicidad‬ en el atún?

La toxicidad del atún puede deberse a los contaminantes que se encuentran en el mar, como mencionamos hace un momento, sin embargo también puede relacionarse a características propias del pez. Una de ellas se relaciona con la producción de histamina, la cual comienza a elaborarse en cuanto el pez muere. La producción de histamina se debe a los altos contenidos de histidina, un aminoácido que debe formar parte de la dieta tanto de humanos como de perros.

Sin embargo, si se consume en exceso, ocasionaría un aumento en concentración de histamina en sangre, y en el caso de que el perro o el humano sean hipersensibles, puede provocar se desencadene una reacción de alérgica, que puede manifestarse en urticaria, enrojecimiento, náuseas, vómito, diarrea y migraña severas.

Por otro lado, una importante causa de la toxicidad que adquiere el atún debido a la contaminación de su ambiente se relaciona el mercurio inorgánico proveniente de desechos industriales. Estos desechos liberados directamente al océano, se incorporan a los complejos ciclos físicos y químicos y a las enormes redes alimenticias que ahí se llevan a cabo.

Inicialmente, y gracias al contacto con los microorganismos acuáticos, el mercurio inorgánico cambia a una forma orgánica, forma en la cual resulta aún más tóxica. Este mercurio orgánico pasa de cuerpo en cuerpo a través de la cadena alimenticia hasta llegar al atún, la cual continúa cuando es consumido por nosotros (o nuestros perros).

En palabras de Green Facts, «las concentraciones de mercurio en varias especies de peces van de 0.05 a 1.4 miligramos de mercurio por kilogramo de tejido de pez (mg/kg), dependiendo de factores como el pH y el potencial redox del agua, así como de la especie, edad y tamaño del pez. Como el mercurio se biomagnifica en la cadena alimentaria acuática, los peces que se encuentran más arriba de la cadena alimentaria (en un nivel trófico superior) suelen tener niveles mayores de mercurio. Por eso, los peces depredadores más grandes, como la caballa gigante, lucio, tiburón, sierra, lucioperca americana, barracuda, atún grande (que hay que distinguirlo del atún pequeño que se utiliza para conserva), pez espada y marlín, así como las focas y ballenas dentadas, contienen las concentraciones más altas. Los datos existentes indican que el mercurio está presente en todo el mundo (especialmente en peces) en concentraciones perjudiciales para los seres humanos y la flora y fauna silvestres.» 

El atún contiene grandes cantidades de mercurio

Debido al consumo de múltiples presas contaminadas, depredadores como el atún se convierten en grandes depósitos de mercurio, destino que compartirá aquél que sea fanático de incluir grandes cantidades de este pescado en su dieta.

Los efectos más importantes del mercurio en el cuerpo son los relacionados con el cerebro. En él existe una barrera que lo protege y aísla, llamada  «barrera hematoencafálica» (BHE), la cual actúa como una barrera selectiva previniendo que la mayoría de las sustancias nocivas para él entren al cerebro y permite el acceso a otras.

Sin embargo, el mercurio es capaz de  pasar sin dificultad esta barrera y así de llegar directamente al cerebro. Una vez ahí, es responsable de gran cantidad de enfermedades del sistema nervioso, las cuales pueden resultar fatales.

Estas resultados de investigaciones y las recomendaciones que se derivan de ellos están enfocados en los humanos, sin embargo, esta información es valiosa para nuestros perros. Si bien existen recomendaciones acerca de las porciones necesarias para un consumo seguro de atún en humanos, no funciona igual en el caso de los perros. En el organismo canino, el alto nivel de mercurio que hoy en día contiene el atún, impacta en ellos de manera aún más severa que en el humano.

El atún resulta aproximadamente unas 6 veces más tóxico para ellos que para nosotros. ¿Aún considerarías una lata de atún como una opción para el desayuno? Otro punto importante a considerar son las alergias.

Como mencionamos más arriba, la histamina que producen estos peces al morir puede ocasionar en nuestros perros una reacción alérgica luego de haberlo comido. Al igual que en los humanos, estas reacciones pueden tener serias consecuencias si no son tratadas oportunamente. Uno de los primeros síntomas es que nuestro perro libere gases después de ingerir atún.

En Super Cachorros consideramos que lo mejor es evitar el atún para nuestros perros. Averigua qué tipos de alimentos puede comer tu Super Cachorro haciendo click aquí.

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