Manglares cortados, la quema desenfrenada de combustibles fósiles y humanos multiplicándose (junto con sus malos hábitos) por todos lados. El panorama no pinta del todo bien y es inevitable preguntarnos, ¿hay algo desconectado en nosotros?

En esta plática, Jane Goodall habla un poco acerca de lo que ha aprendido gracias a sus décadas de trabajo con chimpancés. Ella decide mostrarnos cómo es que se comunican antes de dormir, cómo se toman de las manos y besan con quienes quieren. Los chimpancés son capaces de mostrar sorprendentes capacidades de compasión y altruismo.

Pero, ¿y cómo es que se relaciona trabajar con chimpancés en África con los problemas de deforestación y pobreza del mundo?

Jane responde a esto mostrando la utilidad de conocer lo similares que podemos ser chimpancés y nosotros. No hay línea clara que separe entre seres humanos y el resto del reino animal. Somos «parte» y no «aparte» de la naturaleza.

Esta cercanía recuperada nos permite entender que la conservación es un proceso que debe interesarnos a todos, pues la devastación del hogar de los chimpancés no solamente es malo para ellos, sino que inevitablemente y por diversas y escurridizas vías llega hasta nosotros.

Por otro lado, los beneficios de la conservación fácilmente se extienden hacia la población humana. Corredores boscosos para los chimpancés significa menos erosión en espacios de los cuales los humanos obtienen recursos como agua y alimento. La conservación, nos explica Jane, es una alternativa útil para combatir la pobreza.

A través del amor y la compasión Jane considera que se puede hacer una diferencia. Nos invita a pensar, ¿qué es lo que hay desconectado? Y a partir de ello, ¿qué es lo que la compasión nos permitirá reconectar?

Humanos, chimpaces, Super Cachorros, somos parte de un mismo mundo. Aprendamos de ellos a comparitir y vivir en él.