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Libertad por la amistad ¡No más cadenas!

Estar encerrado en casa en un día lluvioso puede resultar aburrido, y más si solamente puedes estar en tu cuarto cuando hay todas esas cosas por hacer y conocer afuera. Pensar en restringirte a un pequeño espacio durante todo un día suena terrible. Bien, ahora imagina que no solamente es todo el día, sino que tienes que estar así 10 años, y que lo que te mantiene limitado a conocer el mundo no es una lluvia ligera allá afuera sino una cadena de acero asegurada a tu cuello.

Bien, pues ese es el caso de Rusty.

Rusty es un Super Cachorro que vivía en Arizona, Estado Unidos, ¡en donde el calor puede llegar hasta casi 50 grados (centígrados) en el verano! Él se encontraba solo y con una cadena obligándolo a permanecer en un patio sucio, sin poder interactuar con nadie ni mucho menos con jugara con él, o mínimo le prestaran algo de atención, ¡y fue así por 10 años!

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Rusty se dedicaba a ladrar a quienes solían pasar por ahí (la única manera de interactuar con otros estando en esas condiciones) y no solía mostrarse amistoso con las personas que pasaban frente a la reja. La mayoría pasaron indiferentes, hasta que Jared Piper lo notó.

Jared era vecino del jardín en el que Rusty vivía, se dio cuenta que Rusty pasaba todo el tiempo solo (ni dentro ni fuera de la casa), nadie le llamaba o le acariciaba, sólo lo alimentaban muy de vez a la semana, también pudo identificar que llevaba en su rostro una expresión de tristeza y soledad, además de una enorme cadena al cuello. Rusty le ladraba a quienes pasaran frente a su casa, con gestos de inseguridad y miedo.

Un día, Jared decidió detenerse de camino a casa para conocer de cerca a Rusty, se sentó frente a la reja donde el permanecía. Jared quedó sorprendido cuando se dio cuenta que Rusty no ladraba. Jared se acercó despacio, pensando que quizá Rusty podría no ser amistoso. Después de todo lo había visto siempre ladrando fuerte a quien pasara frente a él. Sin embargo, las cosas fueron distintas. Rusty se mostró juguetón y cariñoso, parecía estar muy contento por recibir afecto luego de haber pasado tanto tiempo privado de ser libre.

Jared siguió visitando a su nuevo amigo regalándole bocadillos y cariños. Con el tiempo fue haciéndose más y más amistoso con Jared.

Con cada visita, Jared fue notando más detalles acerca de Rusty y las terribles consecuencias en las que se encontraba: la cadena siempre puesta, moscas por todo el cuerpo y un tumor en la barriga.

Jared decidió tomar acción y encargarse de que Rusty pudiera ir a un lugar donde pudiera tener una mejor vida.

Un día que Jared estaba con Rusty, la mujer con la que vivía salió de la casa. Jared le informó que se llevaría a Rusty consigo. Ella se negó. Trató de intimidar a Jared diciéndole que Rusty era agresivo, que era un perro con problemas que seguramente lo mordería. Jared, quien conocía bien a su nuevo amigo, insistió.

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Jared se encargó  de seguir hasta que vio la mano de ella soltando la cadena de Rusty y por fin pudieron escapar juntos. Rusty no sólo no mordió a Jared, sino que caminó feliz junto con él hasta el consultorio veterinario.

Ya ahí, cortaron el collar de Rusty, el mismo que lo mantuvo preso una década. Con él, también se fueron esos días de estar a la defensiva. Ahora Rusty podía explorar el mundo que lo estuvo esperando lleno de los olores nuevos y el amor que siempre mereció.

Jared le dio hogar mientras buscó para Rusty una familia adoptiva. Si bien Jared no pudo compartir su casa de manera definitiva, se encargó de brindarle a Rusty la atención médica que necesitaba y le dio mucho amor con el que pudo convertirse en un perro feliz.

Finalmente, Rusty encontró una casa grande con un patio gigante para correr libre, en donde también viven muchos otros perros. El hogar perfecto para alguien como él.

 

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Rusty ahora tiene un hogar feliz con todo lo que un perro merece y es gracias a que alguien se detuvo a poner atención a un perro encadenado que parecía poco amistoso.

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Es importante que reflexionemos, Jared es alguien como cualquiera.

Es común pensar que estas son historias de héroes, personas especiales distintas a nosotros, pero no es así. Nosotros podemos hacer la diferencia.

Es importante que seamos sensibles y que, además, demos ese salto  hacia la acción.

¿Cuántos casos así no hay en la cuadra de tu casa?

Aquí el video de la historia (inglés):