¿Algunas vez has visto a tu perro haciendo lo de la foto de este artí­culo? ¿Sabes por qué lo hace? Pues se trata de las glándulas anales o sacos anales.

Muchos mamíferos, incluyendo a los perros, tienen glándulas o sacos anales. Son pequeñas bolsas situadas a un costado del ano que se conectan de interior a exterior, justo por debajo de la cola. En los perros muchas veces a estas glándulas también se les conoce como glándulas odoríferas. Estas glándulas secretan un fluido semi-viscoso muy desagradable que contiene feromonas, éstas se encargan de llevar mensajes importantes sobre la especie. Estas bolsas (glándulas) también almacena cierta excreción (la excreción es el proceso de eliminar sustancias tóxicas adquiridas por la alimentación), un liquido espeso, amarillento-oscuro de olor muy fuerte y desagradable.

Las glándulas anales son vaciadas de forma regular por el paso de las heces, es decir que la mayorí­a de los perros lo hacen de forma natural. Cuando un perro se arrastra contra el suelo quiere decir que necesita una visita al veterinario para valorar si es necesario realizar una limpieza y determinar qué está ocasionando picazón.

En un baño completo de veterinaria y estética estas glándulas son vaciadas mediante presión, para así lograr la limpieza de la zona. Tu veterinario debe revisar siempre estos sacos anales sea una consulta general o un baño. Ya que no limpiarlo con frecuencia o de plano no hacerlo nunca puede hacer que tu perro tenga una obstrucción, infección o abscesos en las bolsas. Hay que tener en cuenta que limpiar los sacos anales de manera preventiva y continua puede estimular la producción de excreción, en vez de prevenir complicaciones, estaríamos causando un problema.

La forma de limpiar las glándulas debe ser explicado por el veterinario pues puede parecer fácil pero hay que saber cómo y también si es en realidad necesario. Recuerda que siempre será distinto dependiendo de cada perro.